
Imagen de: Spotify
Muy Personalmente
Una columna de Aldo Salvador
Puede que sea una de las canciones con más covers de la música en español, lo cual es inevitable al ser ya un verdadero himno que ha despedido cada año que pasa desde 1988, cuando su compositor Nacho Cano inmortalizara esta canción que ha traspasado las décadas. La historia de este tema, según lo dicho por su autor, viene de la inspiración de año tras año ver la retransmisión de las famosas Campanadas, la cual es una emblemática celebración que es realizada desde la Puerta del Sol en Madrid, España y que las respectivas televisoras de dicho país religiosamente hacen la cobertura especial con la presencia de conocidas figuras de la Madre Patria, que debo aceptar que un servidor en su labor total periodística siempre se encarga de investigar los detalles más sobresalientes de la velada.
Regresando a Nacho, gran parte de la letra viene de lo que salía a relucir de su memoria al recordar el magno evento, donde imágenes de marineros, soldados, curas y otros personajes más aparecían realizando el mismo ritual: comer las 12 uvas, misma acción que enmarcaba a la perfección ese sentido de unidad, pues todxs, sin importar profesiones, oficios o cualquier otro aspecto, les unía el mismo sentir: despedir un año más, de ahí el famoso verso: “Marineros, soldados, solteros, casados, amantes, andantes y alguno que otro cura despitao’. Entre gritos y pitos, los españolitos, enormes, bajitos, hacemos por una vez, algo a la vez”.
Sin duda, una de sus líneas que hace de esta canción más nostálgica es el hecho de hacer mención de aquellos seres que han dejado el plano terrenal y no nos acompañan más pero también le da la bienvenida a lxs nuevxs que han llegado a este mundo y envía una reflexión de disfrutar cada momento para lxs que aún continuamos vivos: “Y aunque para las uvas hay algunos nuevos, a los que ya no están echaremos de menos y a ver si espabilamos los que estamos vivos y en el año que viene nos reímos”.
Por supuesto, no podemos olvidarnos de la voz que le da vida a esta balada, la icónica, encantadora, talentosa y adoptada mexicana, Ana Torroja, quien con su delicada, dulce e inigualable voz viste de manera sinigual esta pieza para el disco número cinco (Descanso dominical) de esta representativa banda que marcara un hito en la música de los años 80 y que hoy, hasta nuestros días, ya desintegrada, sigue más vigente que nunca, lo cual solo puede ser la gran respuesta inmediata y perpetua de cuando las cosas se hacen bien.
Son más de 25 años los que han pasado desde que Mecano se separó y es probable que un reencuentro no sea tan cercano como varixs quisiéramos, pero para nuestra dicha, Ana continúa sobre los escenarios (le deseamos larga vida) y en su repertorio Un año más no puede faltar.
Con esta canción la agrupación que vendiera más de 25 millones de discos con 6 álbumes nos confirma que las letras llenas de significado, añoranza, esperanza y amor siguen impactando en lo profundo de todxs los que aún nos refugiamos en estos versos cargados de emotividad y para quienes escucharlas les remontan a épocas que no volverán, pero que quedan marcadas de manera única con la música de Mecano de fondo.
Muy personalmente, solo puedo desear un extraordinario 2025, donde todo lo bueno de la vida les siga siempre, y que lo malo pase, porque todo pasa, todo.