
Imagen de: Apple TV
Muy Personalmente
Una columna de Aldo Salvador
A pesar de no haber nacido cuando esta joya estrenó en aquel verano del 97, siempre tuve clara esta referencia como buen seguidor y estudioso de la televisión y sus historias. Hoy, universitario con 23 años, decidí desde que inició el año revisitar en forma esta historia que paralizó a todo un país hace casi 30 años y de la que hasta el día de hoy seguimos hablando, porque sí, si existen buenas telenovelas y Mirada de mujer es una de las mejores muestras que puedan existir. Protagonizada de manera extraordinaria por la magistral Angélica Aragón como María Inés, acompañada por más figuras de renombre quienes dieron cátedra de actuación: Ari Telch (Alejandro), Fernando Luján (Ignacio), Margarita Gralia (Paulina) y Evangelina Elizondo (Emilia Elena “Mamalena”), además de ser semillero de grandes talentos como Plutarco Haza (Andrés), Bárbara Mori (Mónica) y María Renée Prudencio (Adriana).
Mirada de mujer nos adentra en la vida de María Inés, una mujer de 50 años que sufre la infidelidad de su marido con una mujer más joven; no obstante, todo se empieza a tambalear cuando un periodista, también más joven, pone sus ojos en ella y despiertan las pasiones y sentimientos que pensaba que no volverían a surgir tras el abandono de su marido y mucho menos para una mujer de su edad. ¿Obstáculos? Miles, una madre machista y costumbrista quien se encarga de recordarle que su belleza ya ha declinado y que lo importante es salvar su matrimonio, así como dos hijas que se interponen a que esto ocurra, entre otras cosas.
¿Controversial? Claro que sí, Mirada de mujer se convirtió en todo un fenómeno en México del que todxs hablaban, pues no solo cautivó al público femenino, sino que igualmente logró sentar frente al televisor a decenas de hombres, justo como ocurrió en 1986 con Vivir un poco (Televisa), también protagonizada por Angélica Aragón y en 1989 con Cuna de lobos (Televisa). Una sociedad mexicana tan acostumbrada a historias rosas decidió darle la oportunidad a una novela distinta y muchísimo más realista, que provocara que las mujeres de mediana edad se cuestionaran si podrían tener un romance con un hombre más joven y, en el caso de muchas, por fin “salir del closet” con esa relación que mantenían en secreto solo por cumplir normas de una sociedad doble moral, misma que tachaba a este emblemático melodrama como “una guía para salir con un hombre más joven” (háganme el favor, ¿y lo que se ve ahora?).
Muy personalmente pienso que María Inés es una de las mejores protagonistas que ha tenido la telenovela, pues se alejaba totalmente del molde recurrente y cliché que aún abunda en los culebrones. Angélica Aragón le dio vida a un ser real, que a pesar de ser la figura principal, tenía errores que constantemente se disponía a rectificar. Nos mostró a una mujer inteligente, más no perfecta, que, si bien tenía prejuicios internos en respuesta a una educación tradicional era pensante y analítica para cambiar esos patrones, lo que dio paso a que gran diversidad de temas que nunca antes se habían tocado en la televisión se abordaran de manera natural y sin tabúes.
Esta profunda representación de una mujer que ve su vida desmoronarse a pedazos, quedándose sola con sus hijxs nos dejó frases erizantes que tocan el alma, como: Ustedes no perdieron a un padre, pero yo si perdí a mi marido. Continuará…