
Imagen de: Butaca
Muy Personalmente
Una columna de Aldo Salvador
Si hubo un movimiento en nuestro país que reivindicó en gran medida el papel de la mujer, fue sin duda la ola del Nuevo Cine Mexicano de los años 90, donde una nueva perspectiva estaba puesta en historias sobre mujeres que rompían moldes tradicionales a los que se estaba acostumbrado en el cine desde hacía varias décadas y que solo coadyuvaban a estereotipar a las mismas. María Novaro, destacada directora mexicana que en su haber ya contaba con varias cintas, como la exitosa Lola (1989), en 1991 nos presentó una joya de la filmografía mexicana, Danzón, historia que nos narra la travesía de Julia Solórzano, una telefonista de mediana edad, divorciada, madre soltera y ferviente apasionada del danzón que en búsqueda de un amor que parece haberla abandonado sin dejar señal alguna, se embarca en un viaje hasta Veracruz para encontrarlo. Protagonizada por la primera actriz María Rojo, quien brinda una actuación catedrática llena de matices y haciendo gala de la belleza femenina mexicana; quien logra sumergirnos en la odisea de una mujer que parece en un inicio buscar a un hombre, pero que realmente se está buscando a ella misma, explorando cada parte de su feminidad con toda libertad y sin tapujos, ofreciéndonos una mirada hacia la sensualidad, la picardía, la pasión, la música, las amistades y un bello y fiel retrato del despertar de una mujer adulta que descubre que su vida no ha acabado y que encontrar a un hombre no era tan importante como encontrarse y conocerse a sí misma.
María Novaro, junto a su hermana Beatriz (coguionista), buscaban contar desde un inicio una historia “sobre lo agradable que resulta ser una mujer sola que vive felizmente” (Dicine, 1991) y es que Danzón recrea con absoluta precisión la idea, pues la historia destaca por centrarse en mujeres independientes que no tienen que ser rescatadas, donde los hombres no están por delante de ellas, sino a su alrededor y solo están de paso.
Otros aspectos que resaltan dentro de la película son la representación de diversos temas como la transexualidad y la prostitución, los cuales son tratados con respeto y sutileza, elementos que vuelven aún más loable la cinta. Por supuesto, el hermoso y pintoresco escenario del Veracruz del ayer se vuelve testigo de esta pieza que muy personalmente debo admitir que es de mis favoritas. En el maravilloso soundtrack del largometraje se puede apreciar Lágrimas Negras, Viajera, Amar y Vivir, Veracruz y La Flauta Mágica, clásicos danzoneros.
A María Rojo le acompaña un elenco de extraordinarias y reconocidas figuras femeninas de la actuación en México, quienes brillan en sus interpretaciones: Margarita Isabel como Silvia, Carmen Salinas como Doña Ti y Blanca Guerra como Colorada.
Danzón pasa a la historia por lo revolucionaria, liberal y desde luego nada conservadora forma de contar historias de mujeres que definitivamente marca un parteaguas, que dicho sea de paso, ya se encuentra dentro de una de las cien mejores películas del cine mexicano.
Una película de mujeres y hecha por mujeres sencillamente nos demuestra una vez más que el lenguaje y la mirada femenina siempre serán indispensables para poder contar grandes historias que logren llenar la pantalla y que nos recuerden siempre que nosotrxs somos lxs protagonistas de nuestra vida.