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Muy Personalmente
Una columna de Aldo Salvador
La historia de Cecilia Suárez frente a las pantallas se ha ido consolidando a paso firme con el paso de los años. La entrega constante en cada una de sus maravillosas cátedras ha ido puliendo cada vez más su histrionismo y vaya que hemos sido testigos de ello, y especialmente en la mancuerna de director y actriz que se ha forjado con más vigor en los últimos tiempos y donde entra al juego Manolo Caro, director mexicano del que innegablemente Cecilia es su indiscutible musa; digamos que algo así como Pedro Almodovar con Rossy de Palma o Penelope Cruz.
Desde 2007 en Gente bien… atascada (cortometraje) empezamos a ver los primeros bosquejos de esta dupla, para después seguirle una participación especial en No sé si cortarme las venas o dejármelas largas (2013). Posteriormente, en 2014, esta multifacética histrión brinda una conmovedora actuación como Flora en Las oscuras primaveras, nuevamente bajo la dirección de Ernesto Contreras.
Para 2015, vuelve al mando de Manolo Caro protagonizando Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando, donde nos narra la travesía de una mujer abandonada por su marido que busca a toda costa descubrir la verdad; comparte pantalla con Luis Gerardo Méndez. El camino junto a Manolo Caro continúa con más proyectos: en 2016, uno de los filmes favoritos de sus seguidorxs, La vida inmoral de la pareja ideal, al lado de Manuel García Rulfo, Mariana Treviño, Juan Pablo Medina y Paz Vega; en esta producción Cecilia vuelve a hacer de las suyas jugando con la comedia y el drama interpretando a Martina, una “quedada” que no pierde la esperanza de volverse a encontrar con el amor de su vida y donde además muestra sus dotes de baile.
Dos años más tarde, en 2018, llega a Netflix la exitosa e internacionalmente elogiada serie, La casa de las flores (2018-2020), misma de la que emana el que es posiblemente el personaje más reconocido de su carrera, Paulina de la Mora, un complejo ser que nos hace viajar por la comedia, el melodrama, la depresión, la infelicidad, el abandono, la ira, la decepción y la ansiedad. Con esta interpretación digna de aplausos, Cecilia nos deleita con su talento mostrando la fragilidad y a su vez la audacia de la feminidad. Por supuesto, la peculiar forma de hablar de Paulina adornó aún más esta icónica pieza en la que le acompaña un ramillete de distinguidas personalidades: Verónica Castro, Dario Yazbek Bernal, Aislinn Derbez, Paco León y Juan Pablo Medina, con quien repite. A la par, en 2018 estrena la película Perfectos desconocidos y en 2020, Alguien tiene que morir, después del fenómeno de La casa de las flores. Con casi dos décadas de éxitos con Manolo, parece que aún tienen muchas historias por contar, pues ya hay una nueva en gestación y seguro nos sorprenderá (Serpientes y escaleras).
Cecilia, no solo ha utilizado su talento para brillar en las pantallas y en las tablas, sino también para alzar la voz ante las injusticias, como en 2023 en su discurso en la ONU sobre Violencia hacia mujeres y niñas, donde rescato una frase que me ha retumbado mucho y que muy personalmente opino que describe con exactitud su trabajo: Las palabras siguen siendo nuestras aliadas más poderosas, las que permiten abrir mentalidades, exponer realidades, manifestar nuestras propuestas, compartir los caminos. Grande Cecilia.